Info Tomás
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24/11/2017
¡Gran trabajo en equipo!
La campaña, realizada durante los meses de octubre y noviembre, tuvo por objeto recolectar los silobolsas usados y desechados en los campos para reciclarlos y con la recaudación obtenida colaborar con los Bomberos Voluntarios de Carlos Casares en su valiosa actividad diaria.
En esta oportunidad, los protagonistas volvieron a ser los alumnos del Instituto Juan XXIII de Carlos Casares, quienes se encargaron de difundir la iniciativa dentro de la comunidad y , sobre todo, poner el cuerpo en la limpieza, recorte, doblado y empaquetado de los silobolsas a enviar a la planta de reciclado habilitada.
La iniciativa “La Bolseada”, encabezada por Sonia de Bary y Juan Debenedetti, surge como propuesta que busca reconvertir los silobolsas usados en una oportunidad de acción social y en esta acción de reciclaje cumplir un doble objetivo: Colaborar con organizaciones sociales y comunitarias, y disminuir el impacto ambiental de este desecho de la actividad agropecuaria.
En el caso de la acción realizada en Carlos Casares, el dinero surgido de los 4.500 kilos de silobolsas entregado se destinará íntegramente a los Bomberos Voluntarios casarenses.
Tomás agradece la invitación a sumarse a esta iniciativa y felicita a todos los que participaron de la campaña solidaria, tanto a los productores y clientes que acercaron sus silobolsas como a los estudiantes y organizadores que hicieron posible la materialización de esta exitosa iniciativa.
¿Por qué los silobolsas limpios y doblados?
“LA BOLSEADA es un programa de sustentabilidad, con eje educativo y social, que tiene como objetivo abordar conceptos de sustentabilidad, tomando en consideración todos los indicadores que hacen a una cadena de optimización de los recursos”, explica Juan Debenedetti, uno de los mentores de la iniciativa.
Uno de los pilares de esta campaña es concientizar sobre el agregado de valor desde origen, que se logra tanto en la separación del plástico como en su estado libre de materia orgánica. “Estos dos puntos son de suma importancia. Un bolsón debidamente barrido y acondicionado, sin rastros de cereales, barro, pasto ni humedad impacta en aspectos económicos y energéticos a lo largo de toda la cadena de recupero y reciclado, valorizando su precio de mercado. Lograrlo se traduce en un mayor retorno económico a la comunidad, porque la entidad beneficiada recibirá más dinero por el mismo esfuerzo”, agrega Sonia de Bary.